lunes, 29 de abril de 2013

Juguemos a no conocernos!


Yo puedo fingir
que no me has desvelado nunca,
que jamás gané tu boca,
ni hicimos escombros tantos abrazos;
puedo darle tregua a mis versos
y decirles que no comenten más de vos,
y callarme cuando quiera darme aliento
y termino diciendo que te quiero;
puedo dejar de dedicarte mi nostalgia,
mi soledad puede venir nuevamente sola,
y podríamos dejar huérfanos
a nuestros besos;
puedo borrar el secreto
de tu cuerpo desnudo y transparente
como el mejor final que podía encontrar
en un extremo de un arco iris de tarde,
cuando un bello atardecer lo sostiene
justo del otro extremo;
puedo volver a ser yo mi dueño,
y tú la desconocida,
dejarías el papel de la simple niña,
que mis ojos han documentado tan exhaustivamente,
y mis manos caricia a caricia han corroborado;
y podría volver a eso de fracasar
en ser ante alguien
lo que no puedo ser ante mí mismo;
el silencio puede dejar de ser
la piedad de tus palabras
para escucharme desde mis adentros;
digamos que no he resuelto
el enigma de tu piel
y que soy capaz de olvidar
tu peculiar manera de ver la distancia;
puedo asimilar de nuevo
el concepto de tu ausencia.
Puedo aprender a curar cicatrices,
y tapar heridas;
ver de nuevo mi sombra
reflejada en mi silueta;
podemos estar juntos a ratos,
a distancias ya recorridas,
a besos quebrados,
o a tan solo caricias curadas
de esas que son tan buenas
borrando formas de recuerdos;
puedo aprender a adaptarme
a ese lugar que se encuentra en su exilio,
lejos de tu verdad que me define
y de tu sonrisa que independientemente de ti,
te hace siempre más linda
y es esa máscara que anula todas tus sombras,
y es ese camino claro que te tiene de última parada.
Puedo también dejar de escuchar el silencio a dos voces,
cambiar el guión de mi día
y tratar de ser normal cuando andes cerca;
puedo fingir que no escucho el murmullo de tu existencia,
tu cariño a voces, tu ser a silencios,
tu ser en pensamientos;
y puedo buscar posada en la orilla contraria
de esa parte de tu vida donde me quieres
y finalmente desahuciar todo el amor que hemos hecho
para que acompañe a tanto suspiro
que ya no tendrán adónde ir.

Por Felipe Carvajal 28/04/2013

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